Cierta vez, había una Gata que se había enamorado perdidamente de un bello joven, y en su dilema sobre cómo conquistarlo, se presentó ante la diosa Afrodita, y le rogó para que la convierta en una Mujer.
Afrodita escuchó con paciencia su petición, y tras pensarlo un poco, se compadeció de ella y se propuso a cumplir su deseo. La Gata, se había transformado en una bella doncella como lo había deseado. Luego, la Joven fue hacia su amado y al verla, él se enamoró inmediatamente de ella y la invitó a su casa.
Afrodita escuchó con paciencia su petición, y tras pensarlo un poco, se compadeció de ella y se propuso a cumplir su deseo. La Gata, se había transformado en una bella doncella como lo había deseado. Luego, la Joven fue hacia su amado y al verla, él se enamoró inmediatamente de ella y la invitó a su casa.
Mientras ellos descansaban tranquilos en una alcoba conversando de sus amoríos y futuro, Afrodita quiso saber si la Gata ahora Mujer, había cambiado su forma de ser y su carácter, así que soltó en dicha habitación un ratón para ver si reaccionaba a sus instintos de Gata. La pareja seguía conversando pero de pronto, la Joven Gata, no pudo resistir su naturaleza y de inmediato saltó de la cama y empezó a perseguir al ratón para comérselo.
La diosa molesta por dicha reacción, castigó a la Gata devolviéndola a su forma original.
La diosa molesta por dicha reacción, castigó a la Gata devolviéndola a su forma original.
Fábula: Afrodita y la Gata |
Moraleja
El cambio de estado de una persona, no la hace cambiar de sus instintos.