Un día, un Anciano después de cortar leña, la cargó a su espalda, sin embargo, el camino que le quedaba por regresar, era muy largo, y fatigado por la caminata, soltó la carga y llamó a la Muerte.
Al oír su llamado, ésta le pregunta:
Al oír su llamado, ésta le pregunta:
- ¿Para qué me llamas?
A lo que el Anciano contestó:
- Para que me ayudes a cargar la leña.
Moraleja
Por lo general, el impulso por la vida es más fuerte que su propio dolor.