Cierta vez, en la cabeza de un Buey se posó un Mosquito.
Tras permanecer allí por un largo rato, antes de irse el Mosquito decidió preguntar al Buey:
Tras permanecer allí por un largo rato, antes de irse el Mosquito decidió preguntar al Buey:
"¿Te alegra que por fin me marche?"
El Buey le respondió:
"Ni supe que habías venido. Tampoco notaré cuando te hayas ido."
Fábula: El Buey y el Mosquito |
Moraleja
Pasar por la vida, sin darle nada a la vida, es ser insignificante.