Una vez, un caballo viejo, fue vendido para darle vueltas a la piedra de un molino. Al llegar, ser atado y verse dando vueltas atado a dicho molino, exclamó sollozando:
"Después de las grandiosas vueltas de las carreras, ahora he aquí, a que vueltas me he reducido."
Fábula: El Caballo viejo |
Moraleja
No presuman de la fortaleza de la juventud.
Para muchos, la vejez es un trabajo muy penoso.