Cierta vez, comía una Mula muy tranquila cebada hasta quedar muy llena y saciada. Tras un descanso, ella se puso a saltar, y tras mirarse en el reflejo del agua, empezó a elogiarse a si misma diciéndose:
"Pero que maravilloso y fantástico animalito soy sin duda alguna. Ya que mi padre es un veloz y portento Caballo en la carretera. Sin duda alguna me parezco en todo a él."
Un día, le llegó la oportunidad a la Mula en la que se vio obligada a correr y demostrar sus dotes heredados. Cuando emprendió su ardua la carrera, no duró mucho y estuvo fatal.
Cuando terminó dicha carrera, la Mula estaba muy entorpecida, cansada y le faltaba el aire. Tras un descanso y reflexión, se acordó de su verdadero padre, el Asno.
Cuando terminó dicha carrera, la Mula estaba muy entorpecida, cansada y le faltaba el aire. Tras un descanso y reflexión, se acordó de su verdadero padre, el Asno.
Moraleja
Siempre debemos reconocer nuestras raíces,respetando nuestras herencias y las ajenas.