Cierta vez, una Paloma muy sedienta, volaba buscando algo que beber. De un momento a otro, vio una lago de agua pintado sobre un letrero.
Creyendo que por fin había encontrado la tan preciada agua, voló a voló a toda velocidad hacia ella pero no se había percatado de que era sólo un dibujo, así que chocó contra este y se hirió quebrándose sus alas.
Creyendo que por fin había encontrado la tan preciada agua, voló a voló a toda velocidad hacia ella pero no se había percatado de que era sólo un dibujo, así que chocó contra este y se hirió quebrándose sus alas.
Adolorida y confundida la paloma sedienta, quedó para más remate herida en el piso y, capturada por uno de los transeúntes.
Fábula: La Paloma sedienta |
Moraleja
No dejes que el impulso nuble tu discreción.