Una vez, un viejo Perro cazador que en sus días de juventud y fortaleza jamás se rindió en la caza, y aún en sus ancianos días, nuevamente fue de caza con su Amo.
Pronto encontraron un Jabalí que de inmediato dieron cacería. El viejo perro cazador logró alcanzar y agarró por la oreja al Jabalí, pero no pudo retenerlo por sus débiles dientes, de modo que el Jabalí escapó. Su Amo, al ver su presa escapar, se disgustó y reprendió al Perro viejo.
Pronto encontraron un Jabalí que de inmediato dieron cacería. El viejo perro cazador logró alcanzar y agarró por la oreja al Jabalí, pero no pudo retenerlo por sus débiles dientes, de modo que el Jabalí escapó. Su Amo, al ver su presa escapar, se disgustó y reprendió al Perro viejo.
El Perro lo miró lastimosamente y le dijo:
"Amo, mi espíritu sigue grande como siempre, pero no puedo sobreponerme a las flaquezas de mi cuerpo. Prefiero que me alabes por lo que he sido, y no que me maltrates por lo que ahora soy."
Moraleja
Respeta siempre a tus ancianos, que aunque ya no puedan hacer de todo, dieron lo mejor de su vida para tu beneficio.