Cierto día, una Zorra muy hambrienta encontró en la cavidad de un tronco, unos grandes pedazos de carne y de pan que unos pastores habían dejado escondidos en este. La Zorra entró sin pensarlo y de inmediato y los comió todos.
Tras acabar su "festín", se dio cuenta que se le había agrandando tanto el vientre, que no pudo salir del tronco, y empezó a suspirar y a lamentarse del problema en que se había metido.
Tras acabar su "festín", se dio cuenta que se le había agrandando tanto el vientre, que no pudo salir del tronco, y empezó a suspirar y a lamentarse del problema en que se había metido.
A los pocos minutos, pasó por allí otra Zorra, y oyendo sus quejidos se le acercó para preguntarle que le ocurría. Cuando se enteró de lo sucedido, le dijo:
"Quédate tranquila hermana hasta que vuelvas a tener la forma que tenias, estoy segura de que así podrás salir fácilmente sin problema."
Moraleja
Con paciencia se resuelven muchas dificultades.