Cierto vez en el bosque, se encontraban conversando dos amigas, una Zorra y una Pantera, y entre su extensa charla, discutían sobre la belleza que cada una poseía como animal silvestre.
La Pantera decía una y otra vez a su amiga Zorra, sobre los halagada que está con el hermoso color de su piel oscura y cómo la luz hacia gala de destellos en su pelaje dándole un toque encantador de belleza y elegancia en todo su cuerpo sin detalles que la hagan opacar como felino.
Por otro lado la Zorra ante tal vanidad, se puso de pie, y dando una leve vuelta elegante sacudiendo su cola, le dijo:
"Perdone usted amiga Pantera, pero creo yo que sin duda alguna, yo soy mucho más hermosa, y no por las apariencias de mi cuerpo, pelaje u otra, ¡sino por mi espíritu!."
Moraleja
Las cualidades del espíritu son más preferibles a las del cuerpo.