Cierta vez, unas Abejas envidiosas porque la miel les era arrebatada por los hombres, fueron en busca de Zeus para suplicarle que les diera mucha fuerza para herir con las punzadas de su aguijón a los que se acercaran a sus panales.
Zeus indignado al ver lo envidiosas que eran, las condenó a perder su aguijón y a morir cuando hirieran a alguien.
Moraleja
La envidia no es buena consejera, más bien nos puede llevar a perder lo que ya poseemos.