Un día, un Gato hambriento vio a un Ratoncito entrar a su casa, y con intenciones de atraparlo y comerlo, el Gato dijo:
"¡Qué lindo y guapo ratoncito! Ven conmigo, pequeño, ven."
La madre del ratoncito vio las intenciones del astuto Gato, y a su hijo advirtió:
"No vayas, tú no conoces los trucos de ese bribón."
El Gato insistente dijo:
"Ven, pequeño ven. ¡Mira este queso y estas nueces! ¡Todo será para ti!"
El ingenuo Ratoncito decía:
"¿Voy mamá?, ¿voy?"
"No hijito. Sé reflexivo y obediente." dijo su Madre.
El Gato persistente seguía diciendo:
"Ven, te daré este sabroso bizcocho y muchas cosas más."
"Déjame ir mamá, por favor te lo suplico." - dijo el Ratoncito.
"Que no tontuelo. No vayas." - Insistió la Madre del Ratoncito.
"No me hará nada mamá. Quiero probar un pedacito..." - Dijo el Ratoncito, y sin que su Madre pudiera detenerlo, salió este rápidamente de su agujero. A los pocos instantes, se oyeron unos gritos:
"¡Socorro, mamá, socorro! ¡Me come el gato!"
La Mamá no pudo hacer nada para salvarlo. Gracias a la desobediencia del Ratoncito, este perdió su libertad para siempre.
Moraleja
Obedece a tu padre y a tu madre,y vivirás muy feliz.