Una vez, un hombre compró un Loro en el mercado, y lo dejó suelto en su casa. El Loro domesticado por su anterior dueño, se subió tranquilamente a un mueble y muy alegre, se puso a repetir y repetir todo cuanto había aprendido.
La Gata de la casa, lo oyó y se acercó a el. Le preguntó quién era y de dónde venía. El Loro respondió:
"Tu Amo, acaba de comprarme."
La Gata contestó:
"¿Y cómo te atreves descarado animal, a lanzar semejantes gritos siendo recién llegado?. A mí no me dan tanta libertad, y mi desgracia es tal, que ni siquiera puedo maullar a pesar de haber nacido en esta casa."
El Loro nuevamente le respondió:
"Amiga mía, será porque no hay punto de comparación entre los dos. Mi voz alegra al Amo, en cambio la tuya, lo fastidia."
Moraleja
Lo que remedio no tiene,olvidarlo es mejor.