Una vez, un Pescador a la vez hábil flautista, fue al mar llevando consigo su flauta y su red. Una vez allí, se sentó en una roca dentro del agua, y se puso a tocar su flauta imaginando que los peces, cautivados por la dulce melodía, saltarían del agua para caer en sus manos.
Pasado unos largos minutos y cansado de tan inútil esfuerzo, abandonó la flauta, y echando la red, atrapó gran número de peces. Los sacó de la red, los esparció cuidadosamente sobre la costa y los vio saltar. Luego dijo:
"¡Insensatos animales! Cuando tocaba mi flauta no tenían deseos de bailar, y ahora que no la toco, comienzan a ensayar la danza de la muerte. ¡Sigan, que la sartén les espera!"
Fábula: El Pescador flautista |
Moraleja
Cada cosa a su tiempo, y a los nabos en adviento.