Había una vez, Ratoncito que por la vanidad de parecer "guapo y elegante", se había dejado crecer su cola desmesuradamente. Sus amigos ratones al observar tan larga cola, le repetían constantemente:
"Ten cuidado amigo mio, que tarde o temprano tu descomunal cola te dará un disgusto colosal."
Pero el Ratoncito no hacia caso a los consejos de sus sensatos amigos, mas "bien", el Ratoncito estaba más que satisfecho con su singular "colita", paseaba durante el día fuera de su madriguera y cuando se encontraba nuevamente con sus colegas, este les decía cantando:
"Miren hermanos, no tenga envidia de mi colita, que a mucha honra me acompaña, pero no se acerquen mucho a ella, que es signo de grandeza."
Así, paso el tiempo hasta que un día mientras se paseaba cerca de su hogar, el Gato apareció y el vanidoso Ratoncito viéndose en peligro, se dio a la fuga de inmediato y se lanzó hacia una puerta entreabierta. Desgraciadamente, el Gato logró alcanzar su cola y sin rodeos, se comió al Ratoncito de un solo bocado.
Moraleja
Dios al humilde levanta,y al orgulloso quebranta.