Una vez, un Ciervo, travieso y negligente, era perseguido por un Perro cazador, y al verse casi alcanzado por este, corrió hacia una caverna para esconderse. Ni mas bien haber entrado en ella, salió del fondo de esta cueva un gran León, que se abalanzó sobre el Ciervo, y lo devoró de inmediato.
Antes de morir se dijo el Ciervo:
"¡Pobre de mí! Entré a esta caverna para huir de un Perro y salvarme, pero sin imaginarlo, he venido a caer en las garras de este malvado León. Si logrará vivir, qué buena lección sacaría de este trance, pero ya es muy tarde."
Moraleja
Entre dos peligros graves, escoge siempre el menor.