Cierta vez, una Mona triste por la pequeña cola que heredó de su madre, pidió a una Zorra que pasaba por ahí luciendo su bella y descomunal cola, le diera parte de ella para alargar la suya. Para eso, le dijo:
"Hola amiga Zorra, sabes, tienes demasiado rabo, en cambio yo, soy infeliz con el mío, porque me es insuficiente. ¿Por qué no compartes conmigo un poco del tuyo?"
La Zorra echándose a reír por tal razonamiento, respondió a la Mona:
"Aunque tuviese una cola cien veces más grande que la que llevo y la arrastrase siempre por el lodo y las espinas, no te cedería pedazo alguno. Ánimo amiga y alégrate con lo que la naturaleza te dio."
Moraleja
Conformarse con su suerte, es el secreto de la dicha.