Cierta vez se hundió un barco con todos sus pasajeros, y un Hombre, que presenció el naufragio desde la orilla, se dijo a si mismo:
"¡Qué injusto es el cielo, pues para castigar a un solo pecador, ha hecho sucumbir a muchos inocentes."
Mientras pensaba así, una Hormiga le picó en la pierna, y él, para vengarse, exterminó a todas las que por allí había.
A los pocos segundos, se presentó un Ángel ante él, y tocándole el hombro, le pregunto..:
"¿Aceptarás ahora, que el cielo juzgue a los hombres como tú a las hormigas?"
Moraleja
No reniegues de dios en la desgracia,ni juzgar sus designios pretendas.