Cierta vez, mientras jugaban unos niños, a uno de ellos le cayo un fuerte Pelotazo en su cuello dejándole un gran chinchon.
La Pelota al instante rebotó, y regresó con gran rapidez por donde vino, que se encontró con un ojo en el camino. Así, nada más y nada menos, era el Ojo de su autor quien lanzo la pelota, dejándolo como castigo, tuerto.
La Pelota al instante rebotó, y regresó con gran rapidez por donde vino, que se encontró con un ojo en el camino. Así, nada más y nada menos, era el Ojo de su autor quien lanzo la pelota, dejándolo como castigo, tuerto.
Moraleja
No hagas daño o males, que pueden volverse en tu contra.El mal es como la Pelota, que se auto devuelve contra el mismo que la bota.