Cierta vez, muy cerca de cierto bosque, crecían casi juntos un Abeto y un Espino en gran armonía, pero un día, la paz entre ellos acabó y discutían como si fueran grandes enemigos. El Abeto, en tono ofensivo dijo al Espino:
"Mírame, soy esbelto, frondoso y muy alto. Con mi madera se techan hermosos templos y se hacen grandes barcos. Tú, ¿cómo pretendes compararte ante mi majestuosidad?"
El Espino, no se sintió intimidado por el Abeto y le respondió con prudencia:
"Si pensaras en el hacha y la sierra que cortan y destrozan tus entrañas, estoy muy seguro que desearías tener mi suerte y ser yo."
Moraleja
El arrogante perece,y el humilde permanece.
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