Una vez, en una comarca vivía una muy flaca Hechicera que había aprendido el arte de su madre y esta a su vez, la de la Abuela. Gracias a esto, ella ganaba mucho dinero engatusando a varios inocentes diciendo:
"Damas y caballeros, tengo el poder de alejar la mala ventura de los hombres y de sus hogares. Yo los salvaré, a un precio muy módico."
Con el pasar del tiempo, fue acusada por Brujería y un Tribunal, la condenó a perecer. La Hechicera suplico a un Juez tenga piedad de ella, pero este le dijo:
"Decías poder alejar la ira de los dioses, si era cierto, ¿por qué no alejaste de ti la ira de los Jueces?"
La Hechicera respondió:
"Es que los jueces no son tontos Señor."
Moraleja
Por más que uses las mañas,al inteligente no engañas.