Una vez, un Labrador llevaba su yunta hacia un arroyo tras un día de trabajo duro.
Los Bueyes quienes estaban muy cansados tras el trabajo, se dijeron:
"¡Por fin termino el día! Hoy fue un día de mucho trabajo y cansancio. Un poco de agua fresca no nos caería nada mal. Dejemos el yugo y vamos a beber."
Mientras bebían y conversaban los Bueyes, pasó por allí un lobo hambriento que buscaba comida. Él al ver el arado, empezó a lamer los dos lados interiores del yugo; pero sin darse cuenta, metió su cuello dentro y no se pudo librar del yugo.
El Lobo se sacudía una y otra vez y lo único que logró fue arrastrar el arado por el surco.
Cuando volvió el Labrador, vio al Lobo y le dijo:
"¡Lobo descarado! Si al menos renunciaras a robar, podrías dedicarte a trabajar la tierra."
Moraleja
Si el azar te da trabajo,deja las tretas y relajo.