Cierta vez dentro de una hermosa floresta, vivía risueño y pacífico León que en sus momentos de distracción, jugaba con una Liebre que se hizo su gran amiga dueña de su confianza.
Muchas veces juntos se contaban sus penurias, y entre cuentos, relatos y conversaciones, la Liebre preguntó al León una pregunta muy curiosa:
"Dime amigo León, ¿es cierto que cuando un Gallo empieza su pronunciado cacareo, ustedes huyen despavoridos?"
El León asintiendo la cabeza sinceramente, respondió:
"Así es amiga Liebre. Somos como el Elefante que cuando gruñe el Cerdo, él tiembla confundido."
La Liebre estupefacta, dijo:
"No puede ser, lo oigo y no lo creo amigo León."
El León nuevamente insistió:
"Claro mi amiga. Los grandes animales también tenemos algunos pequeños defectos como cualquiera de ustedes."
La Liebre pensativa se dijo:
"Si pues. Ahora comprendo por qué nosotras les tenemos pánico a los Perros."
Moraleja
Si miedo tienes,
a nadie lo reveles.