Cierta vez, un Gallo que estaba distraído, cayó en las garras de una hambrienta Comadreja.
La Comadreja antes de devorar al Gallo, quiso tener una razón para que pueda comerlo, así que le dijo:
"Con tu escandaloso canto, incomodas mucho el placentero sueño de los humanos."
El Gallo en su defensa respondió:
"Se equivoca. Es una forma de servirles, ya que si no fuera por mi canto, no madrugarían para que puedan cumplir con sus obligaciones y trabajos."
La Comadreja replicó:
"¿Así?, sólo por eso no voy a morirme de hambre..."
Y sin demora, la Comadreja añadió:
"... Y aunque tengas toda la razón del mundo, eso jamás llenará mi estómago, y más ahora que estoy en ayunas."
Tras esto, la Comadreja hincó sus dientes en el cuello del Gallo y se lo tragó.
Moraleja
Con los malos y perversos,no hay razón que sea de provecho.