Mirándose al soslayo
las alas y la cola un Guacamayo,
presumido de su belleza dijo: "Por vida mía,
que aun el Topo, con todo que es un ciego,
negar que soy hermoso no podría…"
Le oyó el Topo y dijo: "No lo niego,
pero otros guacamayos por ventura
no te concederán aquella hermosura."
El prospero juicio
se ha de esperar más bien de un hombre lego
que da un hombre capaz, si es del oficio.
Moraleja
Normalmente pocas veces aprueban los autores
las obras de los otros por buenas que sean;
pero lo hacen los inteligentes que no escriben.