Cierta vez, vivían en un viejo tronco de un viejo pino, un Gato come queso, un Búho dormilón, un Ratón cascanueces y también una esbelta Comadreja. Todos ellos eran famosos todos por su perversidad.
Un astuto Cazador se percató que estos cuatro frecuentaban aquel tronco, pero no eran amigos. Así que se dijo:
"Pondré una red al pie de este tronco, y veremos quién cae primero."
Cuando amaneció, el Gato salió de su escondite en busca de comida y, sin darse cuenta, cayó en la trampa. Revolviéndose en la red, el Gato maullaba diciendo:
"¡Auxilio auxilio!, ¡me han atrapado!"
El Ratón que vio al gran enemigo Gato en su desdicha, saltaba de alegría en la entrada.
El Gato al ver al Ratón, le suplicó:
"Mi muy preciado amigo, qué bueno saber que vienes a ayudarme. Nunca dudé de tu fiel lealtad. Te tengo tanto respeto y siempre contaré contigo."
"¿Qué?, entonces, ¿quieres que haga?" - Preguntó el Ratón.
"Hay que desdicha, caí en desgracia cuando estaba por ir rezar por tu salud. Por piedad, roe estos nudos malévolos para poder ser libre."
El Ratón dudoso, preguntó:
"Y dime, ¿cómo me recompensarás?"
"Te juro lealtad y ser tu fiel aliado. Mis garras estarán a tu servicio contra tus enemigos como el Búho o la comadreja que siempre están en contra de ti."
El Ratón soltó una risa y dijo:
"¿Tú, mi defensor?, jajajaja, si claro, que buena broma, adiós."
Tras esto, el Ratón corrió hacia su agujero, pero allí, lo esperaba la Comadreja. Al intentar escapar hacia arriba del tronco, se topó con el Búho que también lo quería de aperitivo. El Ratón estaba en grave peligro por todos lados del tronco, así que decidió ir donde el Gato y roendo la malla, lo dejó en libertad.
De pronto, llegó el Cazador y al ver su red rota y a las presas libres, intentó atraparlos; pero el Ratón y el Gato huyeron de inmediato.
El Ratón corría muy alejado del gato, así que el felino le dijo:
"¿Por qué me evades querido hermano?, ven a mis brazos. ¿Acaso crees que olvidé mi sagrada promesa? ven para demostrarte mi humilde agradecimiento."
El Ratón se detuvo a cierta distancia para decirle:
"¿Cómo puedo olvidar tu naturaleza malvada?. Es imposible que exista algún tratado que haga que un GATO sea agradecido. Es de tontos creer en una paz por la necesidad."
Un astuto Cazador se percató que estos cuatro frecuentaban aquel tronco, pero no eran amigos. Así que se dijo:
"Pondré una red al pie de este tronco, y veremos quién cae primero."
Cuando amaneció, el Gato salió de su escondite en busca de comida y, sin darse cuenta, cayó en la trampa. Revolviéndose en la red, el Gato maullaba diciendo:
"¡Auxilio auxilio!, ¡me han atrapado!"
El Ratón que vio al gran enemigo Gato en su desdicha, saltaba de alegría en la entrada.
El Gato al ver al Ratón, le suplicó:
"Mi muy preciado amigo, qué bueno saber que vienes a ayudarme. Nunca dudé de tu fiel lealtad. Te tengo tanto respeto y siempre contaré contigo."
"¿Qué?, entonces, ¿quieres que haga?" - Preguntó el Ratón.
"Hay que desdicha, caí en desgracia cuando estaba por ir rezar por tu salud. Por piedad, roe estos nudos malévolos para poder ser libre."
El Ratón dudoso, preguntó:
"Y dime, ¿cómo me recompensarás?"
"Te juro lealtad y ser tu fiel aliado. Mis garras estarán a tu servicio contra tus enemigos como el Búho o la comadreja que siempre están en contra de ti."
El Ratón soltó una risa y dijo:
"¿Tú, mi defensor?, jajajaja, si claro, que buena broma, adiós."
Tras esto, el Ratón corrió hacia su agujero, pero allí, lo esperaba la Comadreja. Al intentar escapar hacia arriba del tronco, se topó con el Búho que también lo quería de aperitivo. El Ratón estaba en grave peligro por todos lados del tronco, así que decidió ir donde el Gato y roendo la malla, lo dejó en libertad.
De pronto, llegó el Cazador y al ver su red rota y a las presas libres, intentó atraparlos; pero el Ratón y el Gato huyeron de inmediato.
El Ratón corría muy alejado del gato, así que el felino le dijo:
"¿Por qué me evades querido hermano?, ven a mis brazos. ¿Acaso crees que olvidé mi sagrada promesa? ven para demostrarte mi humilde agradecimiento."
El Ratón se detuvo a cierta distancia para decirle:
"¿Cómo puedo olvidar tu naturaleza malvada?. Es imposible que exista algún tratado que haga que un GATO sea agradecido. Es de tontos creer en una paz por la necesidad."
Moraleja
Más vale ser desconfiado
que amanecer engañado.