Cierta vez, estaba un Burro caminando tranquilamente por un verde prado. Él en su paseo, estaba relajado y también algo aburrido. Se echó, comió algo de pasto y aún aburrido, decidió continuar su camino.
Mientras seguía en su paseo admirando el bello paisaje, de pronto encontró una Flauta que posiblemente haya sido dejada por olvido de un Pastor hace mucho. El Burro desconcertado, se acercó lentamente a la Flauta, la olió y cuando estuvo tranquilo, decidió soplarla. Al hacer esto, el aire se coló sobre ella y produjo un suave sonido encantador.
"Cielos. Que lindo sonido. Creo que soy un buen músico y nací para esto." - Dijo el Burro maravillado al oír tan cómodo sonido.
Luego, ya feliz por lo que escuchó, el Burro se alejó de la Flauta y la dejó en el camino donde la había encontrado sin siquiera en analizar, lo que en verdad había pasado.
Moraleja
Si vivimos sin el conocimiento necesario para comprender las cosas que nos suceden, nos puede llevar a la ignorancia.
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