Cierta vez, estaban dos hombres: un Cazador y un Pescador. Ellos todas las mañanas salían de sus casas en busca de los alimentos. El Cazador buscaba carne, y el pescador frescos peces para comer.
Cuando llegó el atardecer, ambos regresaron a casa en la tarde tras una ardua búsqueda. Ellos se encontraron en pleno camino y ambos vieron con una sonrisa sus cestas llenas.
El Cazador sintió gusto por los frescos peces, y quería unos cuantos peces; por otro lado, el Pescador estaba maravillado con la gran variedad de carnes que llevaba el Cazador. Conversando amenamente y hablando de sus deseos de intercambiar sus productos, ambos llegaron a un acuerdo y así lo hicieron quedando muy felices.
Así, el Cazador y el Pescador continuaron intercambiando sus cestas por mucho tiempo contentos y satisfechos por sus logros. Un vecino notando el intercambio de bienes, les dijo:
"Mis amigos. Si siguen intercambiando todos los días sus cestas, llegará el día en que se aburran de la misma comida. Sólo así arruinarán aquel placer y volverán a quedarse nuevamente con lo que obtuvieron en el día."
Moraleja
Siempre es bueno hacer algunos cambios y variar tus actividades cotidianas. Mejoraras tu estado de ánimo y tu actitud.
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