Cierta vez, un Perro cogió entre sus dientes un grande y sabroso hueso.
"Pero qué delicioso regalo he obtenido hoy." - Se dijo el incauto Perrito - "Lo llevaré a casa y allí, me lo comeré muy a gusto."
En su camino, se encontró con un arroyuelo, cuyas aguas claras y cristalinas, reflejaban su imagen. Él pudo ver en las aguas a otro Perro con otra suculenta presa entre los dientes. Como el Perro estaba con gran hambre, abrió su hocico y se zambulló en el agua para coger el hueso del otro Perro; pero que terrible decepción, ya que al sumergirse hasta el fondo, no halló a su rival ni mucho menos, al exquisito hueso que creyó ver.
En ese momento, el ingenuo Perrito, se dio cuenta aunque ya tarde, que gracias a su gula, le ha costado la pérdida de su exquisita presa; y lo que fue peor, el hambre le seguía molestando su barriguita continuamente.
Moraleja
Más vale pájaro en mano, que ciento volando.
2 comentarios:
Este no el cuento.
me gusta mucho 5 estrellas
Publicar un comentario