Cierta vez, una terrible peste cobró la vida de muchos ganados a lo largo y ancho de un valle. El desastre, afectó mucho a un pobre Pastor, que en su desdicha se lamentaba:
"Que desgracia la mía. Tantos años de trabajo para perderlo todo en tan pocas horas. ¿Qué será de mi mujer y mis hijos?"
Un Lobo que se enteró de la gran tragedia, se acercó al Pastor que lloraba sentado sobre una piedra, y le dijo:
"Amigo mío, lamento mucho tu terrible desgracia. Perder tan exquisitas, mansas y gordas vacas es una terrible calamidad. Créeme en serio, que lo siento en el diente."
"Gracias señor Lobo. Aunque hablen mal de usted, creo que tiene noble corazón." - Respondió el Pastor. Por otro lado, el Perro que acompañaba al Pastor dijo:
"Pues hay que creerle al Lobo, porque esta desgracia también le afecta. Ya no habrá ovejas ni vacas para que pueda robar y tener sus festines."
Moraleja
Vuelve a la gente unida, la calamidad compartida.
2 comentarios:
Por favor mostrar : la tortuga y el halcón.
no se
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