Cierta vez, en un día tranquilo, el Cielo se llenó de oscuras nubes y sin mucha demora, empezó a caer una terrible lluvia ocasionando la formación de turbulentos ríos.
Las aguas llevaban a fuerza un desfile de ovejas, conejos, patos, gansos, gallinas y, junto al lodo, las piedras y árboles arrancados de la tierra mezclados todos juntos.
Un Zorro que deseaba ir hacia su guarida, y no podía porque aquel río feroz le impedía cruzar, se decía en su dilema:
"Santo cielos. Este debe de ser el segundo diluvio del mundo."
De pronto, le llamó la atención unos espinos que eran arrastrados por el agua, y mirando cautelosamente por unos segundos, avisto en aquel brusco movimiento a una Víbora que era también arrastrada sin poder liberarse de aquel dilema.
El Zorro asintiendo la cabeza y con tono sarcástico dijo:
"Ah caray. Pero qué tal navío para dicho Piloto."
Moraleja
Dios los cría, y ellos se juntan.
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