Cierta vez de casualidad, se encontraron en el bosque una Mona, un Asno y un Topo. Cada uno de ellos se lamentaba de su suerte, y para soltar toda su ganas sus incomodidades, gritaron a a voz alta sus penas.
"¡Oh, pobre de mí! ¡Sin mi rabo, qué mal me veo!" - Decía la Mona en grito al cielo.
El Asno creyendo su turno, rebuzó diciendo:
"¡No!. ¡El más desdichado soy yo! ¡Me faltan las astas del buey para lucir muy bien!"
El Topo que escuchó dichos lamentos, salió de su cueva y sumándose a ellos dijo:
"¡No, mi desgracia es la más terrible! ¡Me faltan los ojos para poder ver!"
Un Ratón que escucho los terribles lamentos de estos tres personajes. Se acercó y les dijo seriamente:
"¡Basta ya!. Vayan a lamentarse al río o llegarán otros a gritar sus desgracias."
Moraleja
Quien se lamenta, poco se aprecia.
2 comentarios:
Buen cuento
Muy buena pero falta las preguntas
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