Hace mucho, un Cazador, vivía y gustaba de la caza de Conejos.
Una día de buen y radiante sol, se encaminó hacia el bosque para conseguir nuevas presas. Cuando llegó a una zona que le pareció correcta, se dijo:
"En este lugar debe haber Conejos. Esperaré tranquilamente para ver si aparecen."
Tras un leve rato, se empezaron a mover las matas y el Cazador muy atento, templó su arco y flecha para atacar a la presa; sin embargo, un Conejo avistó con anticipación al Cazador y gritó hacia sus amigos:
"¡Cuidado!, ¡hay un Cazador a la vista!. ¡Todos huyan a sus casas!"
Así rápidamente huyeron, pero al cabo de un leve tiempo, los Conejos olvidaron el peligro y miedo, por lo que salieron nuevamente muy felices de sus casitas. Por otro lado el Cazador que conocía las costumbres e imprudencia de los Conejillos, uno a uno, los fue cazando a todos ellos sin gran dificultad.
Moraleja
De nada sirve la ciencia, sino gobierna la prudencia.
1 comentarios:
Son hermosos loas fabulas
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